El capital privado es una clase de activo alternativo y consiste en el capital que no cotiza en una bolsa de valores.
El capital privado está compuesto por fondos e inversores que invierten directamente en empresas privadas o en la compra de empresas públicas, lo que lleva a la exclusión de la lista del capital público.
Los inversores institucionales y privados proporcionan capital para el capital privado, que puede utilizarse para financiar nuevas tecnologías, realizar adquisiciones, aumentar el capital de explotación y fortalecer y consolidar el balance.
Las inversiones de capital privado proceden principalmente de inversores institucionales y acreditados que pueden aportar cantidades considerables de dinero durante un largo período de tiempo, y en la mayoría de los casos las inversiones de capital privado requieren períodos de retención considerablemente largos para garantizar un cambio de rumbo a las empresas en dificultades o para facilitar acontecimientos de liquidez como una oferta pública inicial o la venta a una empresa pública.